viernes, 28 de enero de 2011

Expresiones Folklóricas del Pueblo Negro Darienita

Bailes Tradicionales:
El Bunde

El hombre europeo en su afán de producir riqueza desestimo la creatividad del hombre y la mujer negra, más éste aprovecho cada espacio que le permitía el hombre blanco, para poner el sello de la cultura. Los curas doctrinarios le hablaron al negro sobre la vida de una mujer llamada María, la cual tuvo un niño llamado Jesús, que estaba destinado a salvar al mundo. Estos curas no tomaron en cuenta el papel fundamental que tiene la mujer en la cultura y la importancia de los Orisha  o semidioses de la verdad del pueblo; al escuchar esta historia de dolor y esperanza, se identificaron con María como mujer fuerte que había pasado por el dolor de perder su hijo de la misma manera como ellos habían perdido lo suyo; y ven en Jesús el hombre que muere y resucita, no a un Dios por ser hijo de una mujer, sino a un Semidiós, un espíritu protector. Esta es una de las razones por las cuales el negro siente y manifiesta una fuente de devoción hacia la Virgen María. Y esta devoción de dolor y esperanza la transforma en una de las experiencias religiosas más hermosas y la única danza religiosa en todo el país, en donde se mezclan la religiosidad, el canto, y la danza, en un grito de esperanza para el pueblo oprimido.

Romperá, romperá, lucero del alma, romperá.

El bunde es una expresión de religiosidad que se practica en Darién, que debido a la poca práctica de esta tradición hoy únicamente se desarrolla con religiosidad en el pueblo de Garachiné. Esta festividad inicia el seis de diciembre y termina el seis de enero día de Reyes, que está cargada de una ferviente devoción al Niño Dios y espíritu comunitario que se hace presente en toda preparación de la festividad.

El baile es sencillo, es ejecutado por hombres, mujeres y niños devotos; es una danza religiosa que se baila en parejas, nada excitante ni sensual, aunque sí muy alegre y animada. Los instrumentos utilizados son: un cajón de madera que se toca con dos vaquetas a un tiempo, un tambor que se toca con las manos y un par de maracas. Tenemos que señalar que el cajón ocupa un lugar importante en este baile, pues no es usado en ninguna otra área del país.

La festividad navideña que lleva el nombre de Bunde se inicia el seis de diciembre cuando  los fieles van de casa en casa por la noche llevando la urna adornada donde se encuentra la imagen del Niño Dios, y solicitan la colaboración a las familias para reunir el fondo para las celebración, cada persona, dona de acuerdo a sus posibilidades o según la manda ofrecida para esa ocasión, esto se hace noche tras noche hasta la llegada del veinticuatro de diciembre, noche de la ceremonia; para esta ceremonia se escoge una familia casada por la iglesia y con conducta aceptada por la comunidad y allí se guarda la imagen durante todo el año y después de la colecta. Durante el periodo de colecta, se escogen los padrinos de la festividad admitiendo a aquellos que se brindan por mandas.

El veinticuatro de diciembre al iniciar la noche las mujeres, niños y hombres, reúnen en la casa de los padrinos del Niños Dios, donde previamente se ha adornado un altar ricamente con motivos muy llamativos en el cual reposará el Niño hasta el día seis de enero día de Reyes, por todos lados hay mesas con comidas, bebidas, refrescos y golosinas, llegan músicos y cantalantes el baile el cual se suspende al legar las doce de la noche.  Los asistentes a la fiesta salen a la calle cantando y reventando cohetes mientras las mujeres llevan velas y mechones encendidos en sus manos, aquí se suprime el uso de tambores, sólo se canta y con toda la alegría que pueda ser posible, se camina en una especie de procesión y la cantalante inicia la tonada propia para este momento en cuya letra se reclama el encuentro del Niño Dios.

Cantalante:   Decime Niño decime,

                        Decime cuando amanece,

Rompe… rompe… rompe… rompe…

Los cielos rompen.

Coro:              rompe… rompe…

Y así cuando se llega a la casa donde está la imagen del Niño, la dueña de la casa previamente preparada toma la imagen del Niño en sus brazos con sentimiento maternal y lo presenta a la mujer que encabeza la procesión con la siguiente tonada:

La que entrega:       Tome señora esta rosa

                                   Que de mis manos se ofrece,

                                   Quisiera que fuera de oro,

                                   Como usted lo merece.



La que recibe:          Oh rosa de Alejandría,

                                   Tan linda en este día,

Yo te recibo en paz y alegría.

Después de este cruce de frases poéticas y de alabanza se recibe al Niño y la procesión precedida por la mujer que recibió al Niño, se dirige hacia la casa de los padrinos, durante el recorrido de regreso, se canta una canción de cuna que dice así:

Cantalante:   llora, mi niño llora, mi amado.

Coro:              mi niñito llorando.

La cual se repite hasta llegar a la casa de la celebración, donde se encuentran cómodamente sentados un niño, arreglado para representar a San José y a la Virgen María. La señora que trae el Niño sin expresar palabra entrega el Niño a los “padres”, estos lo toman en sus brazos y todos ocupan su lugar, los músicos se sientan y tocan al lado del Niño, a un lado se colocan la solista y el coro y al otro lado los bailadores y se da comienzo a la ceremonia de adoración desfilando solo las mejores, por pares y acompañados por el coro cantan este villancico:

                        Vengan los pastorcitos,

                        Vengan aquí a adorar,

                        Al niñito que ha nacido,

                        Debajo de un portal.

Terminando este momento viene ña parte que llaman las loas, aquí las mejores desfilan de una en una delante del Niño y le improvisan villancicos que luego son repetidas por el coro:

                        Esta noche es noche buena,

                        Noche de no dormir,

                        La Virgen esta de parto,

                        Y a las doce de parir.

Durante este desfile abundan las copias con sentido picaresco.

                        San Juan y la Magdalena,

                        Se fueron a cortar bejuco.

                        Las avispas los picaron

                        Y san Juan perdió el Guayuco.

Durante este momento de la ceremonia cada mujer debe cantar una copia diferente Loa la de sus antecedentes, al finalizar la presentación de Loas, las mujeres vuelven a danzar de dos en dos, bailando brevemente el Bambara el cual consiste en dar unos pasos en arco de circunferencia y luego otro haciendo ademan como de sentarse mientras se canta el siguiente son:

                        Ay la Bambara nuera yo no la sé

                        Ay la Bambara nuera yo no la sé

                        Ay daré una vuelta y me sentaré

                        Ay daré una vuelta y me sentaré.

Con este baile termina la parte ceremonial, los “padres” colocan al Niño en el altar y continúa la fiesta y se reparte toda la comida y bebidas preparadas para ese momento y reaparece el baile del Bunde, el cual se desarrolla durante todo ese periodo, parando únicamente en las en las horas de trabajo y no cesar hasta el día seis de enero día de Reyes. Tardes y noches son dedicadas al baile hasta el amanecer, no se da ninguna otra división pues se corre el riesgo que el Niño se queme; la comida y las bebidas no deben faltar.

El Bunde que se practica en Darién no tiene nada de popular que con el mismo nombre nos presenta las crónicas como bailes de negros  practicados en Colombia “si tenemos en cuenta como dice Manuel Capata olivilla y otros, que nuestros bailes y cantos de tambor son de derivaciones del Bunde” tomándose en cuenta este nombre la danza negra primitiva, que ha sido estudiada en Colombia”.