lunes, 23 de julio de 2012

El bum del momento "Las Costumbres Darienitas"

  El Bullarengue:



 El Bullarengue es un baile sensual y hay quienes sostienen que es el descanso del Tamborito y es el que representa en cada una de sus características, la cultura negra de Darién. Este baile al igual que el Bunde no han sido definidos al resto del país, perdiéndose el resto de la nación panameña del momento de completar y disfrutar estos bailes, A pesar de que el Bullarengue no difiere mucho  del tambor propiamente dicho, se le conserva como el sello de la etnia negra darienita.

Por más de 300 años los negros en el poblado de Garachiné y Tucutí, han bailado el Bunde y el Bullarengue al igual que el resto de las comunidades negras en Darién, como Yaviza, El Real de Santa María, Pinogana, Boca de Cupe y La Palma, mediante este baile,  la mujer y el hombre negro se aísla de la realidad y se transportan a un mundo ideal inspirados por el repicar de tambores, mediante movimientos muy rítmicos y sensuales, se comunican entre sí y con el auditorio. El bunde carece de violencia, pero cada movimiento del hombre y la mujer es una obra de arte expresada mediante el movimiento del cuerpo y la expresión de los ojos.

Los instrumentos propios para este baile son: dos tambores, el pujador y el repicador, la caja y las maracas. Es un baile  de concentración y de  actitud introspectiva, en donde la mujer con todo donaire y con el rostro en alto con actitud desafiante y coqueta, realiza sus desplazamientos con los pies muy juntos y piernas, cerradas da pasitos sencillos dando la sensación que se resbala por el piso en vez de caminar dando el aspecto de ser inaccesible un punto prohibido. A este movimiento se le llama plantillas. Este desplazamiento de la mujer acompañado del movimiento  sincronizado del vientre y la caderas, hace que el parejo despliegue toda su energía mediante gestos acrobáticos de rendición y provocación sensual; en tanto la mujer alterna las “plantillas” con movimientos amplios que a veces llegan  al próximo cuando ejecuta el “basar”, que es el movimiento sincronizado de caderas y vientre, mientras que el parejo como en transe solitario percibe la aceptación y aprovecha ese momento para acercarse, más a la mujer,  ella lo esquiva con un rápido desquite y vuelta sin perder la elegancia.

Otro movimiento propio de este baile es una especie de seguidilla hacia atrás, movimiento en el que el varón vuelve a acercarse con flexiones acrobáticas que en algunas ocasiones llegan hasta el suelo.

Al varón se le permite todo tipo de acrobacia y gestos sensuales que logran encender la alegría en el público espectador a medida que se repica con fuerza el tambor al compás de la caja y las maracas. La prueba del sombrero es típico de este baile y revela los inagotables recursos de que se sirve el hombre para ser aceptado.

En el Bullarengue se transforman en canto todos los acontecimientos de la vida y la mujer es la dueña de la fiesta y aunque no haya hombre en la fiesta para acompañarla en el baile,  ella baila, señal de la libertad que gozaba la mujer en la sociedad africana, en donde se le permita expresar libremente sus ideas y ser parte activa de la tribu, en América estas expresiones fueron suprimidas a tal punto, que solo mediante el baile pudo sacar la gama de valores y deseos reprimidos que llevaba por dentro; el Bullarengue es más que un baile, es la esencia de lo que el negro es, por eso en él; en la concentración, la espera, la creatividad, el rechazo, la aceptación y la alegría.

El Tamborito:

El Tamborito es el baile popular m{as antiguo y el m{as diseminado por toda la geografía del país y está muy unido al sentimiento nativo, su primer nombre fue el baile de tambor y posteriormente se le conoce con el nombre de Tamborito, separándolo así del grupo de bailes cuyo acompañamiento se hace con un juego de tambores, voces y palmadas femeninas. En ciertos lugares le añaden el acompañamiento de instrumentos melódicos tales como: la flauta, el violín y la guitarra.

Es probable que para 1769, ya este se desarrollara en todas las colonias de España en Tierra Firma, su práctica se daba en la noche ¿y en aquellos espacios de descanso que tenían los esclavos, después de la dura jornada de trajo, su alegría era tal, que generó la participación de otros sectores de la población, lo cual motiva que el Rey de España, le solicite al Gobernador de Cartagena un enfoque sobre la “moralidad” de estos bailes. La descripción que este hace de los bailes de los negros en América y en la región de Darién, coinciden con la forma como se baila, el mismo en esta región del país.

Para bailar tamborito de hace una rueda de hombres y mujeres, al centro de la misma están los, músicos y una mujer, la cantadora o cantalante entona una tonada, que en la mayoría de las veces está relacionada con temas de la selva y es seguida por el coro y las palmas, que al compás de los tambores, las parejas salen de una en una, tratando de hacer gala de destreza al bailar y sólo deja de bailar al ser reemplazada por otra pareja y se integran nuevamente al coro, cada pirueta efectuada por la pareja es premiada por el grito del coro “hooo ha”, y los tambores repican con más fuerza. Es un baile rápido y alegre, capaz de agotar al más fuerte de los bailadores.

Los pueblos de Darién en donde el Tamborito se bailaba con regularidad y en todas las festividades son: Chepigana, Tucutí, el Real, Yaviza, La Pelma, Pinogana, Garachiné y Boca de Cupe. La riqueza y la destreza con que el darienita ejecuta este baile y el resto de los bailes de tambor, es clara muestra de sus orígenes africanos.
La Cumbia:

La Cumbia  ha nacido de ritos nocturnos sincréticos que aparecieron a orillas del Caribe y del cerro de la Popa en Cartagena, este era un baile sensual fuertemente reprimido por la inquisición y con el paso del tiempo llega a formar parte del folklore. Según los informes del investigador colombiano Manuel Zapata Olivilla, la Cumbia se remota hacia los años 1769 y es practicada en Colombia, este baile no es propiamente panameño ni tampoco cubano, sus orígenes se remonta a  Colombia; desde donde a Panamá y adopta sus propias modalidades.

El origen del término Cumbe, pasa por una serie de consideraciones, ya que hay algunos vocablos de donde pudo originarse, Cumbe, Cumbiamba, Cumba, Tumba, Cumbé, Tumbé, como se puede ver hay bastante de donde escoger el termino primitivo para la voz Cumbia, pero la, más apropiada es la voz Cumba de algunas de las lenguas Bawtus, si tomamos en cuenta que hombres y mujeres de esta tribus traídos a América.

La Cumbia es el único baile popular de ronda que se tiene en Panamá, es una danza de doble ronda formada por parejas sueltas que se desplazan en sentido contrario a las manecillas del reloj, las mujeres elegantes ataviadas con flores y adornos en la cabeza, llevan en su manos velas encendidas amarradas con listones de colores o un hachón, poniendo la mismas sobre una base que colocan en la palma de las manos derecha, mientras que con la mano izquierda sostienen un canto de la pollera, la cual mueven constantemente. Aquella que tienen mayor destreza, colocan las velas a él hachón encendido sobre su cabeza, los hombres con los pantalones enrollados hasta la rodilla, los pies descalzos y torso desnudo, bailan con las manos alzadas al lado de la mujer, ambos dan vuelta dentro del circulo tantas veces como se repique la caja y solo se hace un intercambio de parejas.

Los tocadores se sitúan en el centro, el principal instrumento es el tambor, el cual debe tener dimensiones superiores o diferentes a las del pujador y el repicador. Este tambor propio para la cumbia se llama “cumbiero” y debe ser tocado por un tocador experto, el cual es acompañado por voces femeninas, y un diestro tocador de las maracas o el rascador. Hay momentos en que usan dos instrumentos, y la caja que se toca por ambos lados con palos.

Si bien el más antiguo instrumento melódico, fue la voz humana junto a éste se unieron otras como lo fueron: el rabel, el violín rústico de tres cuerdas, después se le une el violín de tipo europeo, luego al acordeón que ha desplazado a los anteriores en las cumbia más autóctonos, sólo se registra el uso de instrumento de percusión, las maracas y la voz humana.

Hoy día podemos encontrar varias modalidades de Cumbia, más las que guardan una relación más intima con el pasado es la Cumbia darienita, la de Colón y la de Chorrera. Hay otras modalidades menos antiguas como la Cumbia Santeña, pero todas han empleado el gesto del bailador y grandes compositores. Por lo fluido de su letra y lo rítmico de sus melodías, la Cumbia en Garachiné es sumamente agradable si la comparamos con las del resto de la Provincia. 

Aunque la Cumbia, hoy se baile libremente igual, al aire libre o en un salón, es bueno recordar que la misma tiene como fundamento la práctica de alguna danza africana muy especial, y que permitía la participación de todo aquel que quiera bailar, en el África negra, se baila en todo tiempo y ocasión, más no todos los bailes pueden ser ejecutados en cualquier momento; sin embargo, la cumbia permite ciertas libertades a pesar de ser un ritmo nocturno, por la forma de danzar en rueda y el movimiento que realizan los danzantes, acompañados de gritos, obedeciendo el llamado que hace con los tambores y el sonar de las maracas. Lo que hoy se traduce como alegría para el espectador, para el negro que baila, es transportado y en algunas veces se llega hasta el éxtasis cuando la Cumbia es bien ejecutada.

viernes, 28 de enero de 2011

Expresiones Folklóricas del Pueblo Negro Darienita

Bailes Tradicionales:
El Bunde

El hombre europeo en su afán de producir riqueza desestimo la creatividad del hombre y la mujer negra, más éste aprovecho cada espacio que le permitía el hombre blanco, para poner el sello de la cultura. Los curas doctrinarios le hablaron al negro sobre la vida de una mujer llamada María, la cual tuvo un niño llamado Jesús, que estaba destinado a salvar al mundo. Estos curas no tomaron en cuenta el papel fundamental que tiene la mujer en la cultura y la importancia de los Orisha  o semidioses de la verdad del pueblo; al escuchar esta historia de dolor y esperanza, se identificaron con María como mujer fuerte que había pasado por el dolor de perder su hijo de la misma manera como ellos habían perdido lo suyo; y ven en Jesús el hombre que muere y resucita, no a un Dios por ser hijo de una mujer, sino a un Semidiós, un espíritu protector. Esta es una de las razones por las cuales el negro siente y manifiesta una fuente de devoción hacia la Virgen María. Y esta devoción de dolor y esperanza la transforma en una de las experiencias religiosas más hermosas y la única danza religiosa en todo el país, en donde se mezclan la religiosidad, el canto, y la danza, en un grito de esperanza para el pueblo oprimido.

Romperá, romperá, lucero del alma, romperá.

El bunde es una expresión de religiosidad que se practica en Darién, que debido a la poca práctica de esta tradición hoy únicamente se desarrolla con religiosidad en el pueblo de Garachiné. Esta festividad inicia el seis de diciembre y termina el seis de enero día de Reyes, que está cargada de una ferviente devoción al Niño Dios y espíritu comunitario que se hace presente en toda preparación de la festividad.

El baile es sencillo, es ejecutado por hombres, mujeres y niños devotos; es una danza religiosa que se baila en parejas, nada excitante ni sensual, aunque sí muy alegre y animada. Los instrumentos utilizados son: un cajón de madera que se toca con dos vaquetas a un tiempo, un tambor que se toca con las manos y un par de maracas. Tenemos que señalar que el cajón ocupa un lugar importante en este baile, pues no es usado en ninguna otra área del país.

La festividad navideña que lleva el nombre de Bunde se inicia el seis de diciembre cuando  los fieles van de casa en casa por la noche llevando la urna adornada donde se encuentra la imagen del Niño Dios, y solicitan la colaboración a las familias para reunir el fondo para las celebración, cada persona, dona de acuerdo a sus posibilidades o según la manda ofrecida para esa ocasión, esto se hace noche tras noche hasta la llegada del veinticuatro de diciembre, noche de la ceremonia; para esta ceremonia se escoge una familia casada por la iglesia y con conducta aceptada por la comunidad y allí se guarda la imagen durante todo el año y después de la colecta. Durante el periodo de colecta, se escogen los padrinos de la festividad admitiendo a aquellos que se brindan por mandas.

El veinticuatro de diciembre al iniciar la noche las mujeres, niños y hombres, reúnen en la casa de los padrinos del Niños Dios, donde previamente se ha adornado un altar ricamente con motivos muy llamativos en el cual reposará el Niño hasta el día seis de enero día de Reyes, por todos lados hay mesas con comidas, bebidas, refrescos y golosinas, llegan músicos y cantalantes el baile el cual se suspende al legar las doce de la noche.  Los asistentes a la fiesta salen a la calle cantando y reventando cohetes mientras las mujeres llevan velas y mechones encendidos en sus manos, aquí se suprime el uso de tambores, sólo se canta y con toda la alegría que pueda ser posible, se camina en una especie de procesión y la cantalante inicia la tonada propia para este momento en cuya letra se reclama el encuentro del Niño Dios.

Cantalante:   Decime Niño decime,

                        Decime cuando amanece,

Rompe… rompe… rompe… rompe…

Los cielos rompen.

Coro:              rompe… rompe…

Y así cuando se llega a la casa donde está la imagen del Niño, la dueña de la casa previamente preparada toma la imagen del Niño en sus brazos con sentimiento maternal y lo presenta a la mujer que encabeza la procesión con la siguiente tonada:

La que entrega:       Tome señora esta rosa

                                   Que de mis manos se ofrece,

                                   Quisiera que fuera de oro,

                                   Como usted lo merece.



La que recibe:          Oh rosa de Alejandría,

                                   Tan linda en este día,

Yo te recibo en paz y alegría.

Después de este cruce de frases poéticas y de alabanza se recibe al Niño y la procesión precedida por la mujer que recibió al Niño, se dirige hacia la casa de los padrinos, durante el recorrido de regreso, se canta una canción de cuna que dice así:

Cantalante:   llora, mi niño llora, mi amado.

Coro:              mi niñito llorando.

La cual se repite hasta llegar a la casa de la celebración, donde se encuentran cómodamente sentados un niño, arreglado para representar a San José y a la Virgen María. La señora que trae el Niño sin expresar palabra entrega el Niño a los “padres”, estos lo toman en sus brazos y todos ocupan su lugar, los músicos se sientan y tocan al lado del Niño, a un lado se colocan la solista y el coro y al otro lado los bailadores y se da comienzo a la ceremonia de adoración desfilando solo las mejores, por pares y acompañados por el coro cantan este villancico:

                        Vengan los pastorcitos,

                        Vengan aquí a adorar,

                        Al niñito que ha nacido,

                        Debajo de un portal.

Terminando este momento viene ña parte que llaman las loas, aquí las mejores desfilan de una en una delante del Niño y le improvisan villancicos que luego son repetidas por el coro:

                        Esta noche es noche buena,

                        Noche de no dormir,

                        La Virgen esta de parto,

                        Y a las doce de parir.

Durante este desfile abundan las copias con sentido picaresco.

                        San Juan y la Magdalena,

                        Se fueron a cortar bejuco.

                        Las avispas los picaron

                        Y san Juan perdió el Guayuco.

Durante este momento de la ceremonia cada mujer debe cantar una copia diferente Loa la de sus antecedentes, al finalizar la presentación de Loas, las mujeres vuelven a danzar de dos en dos, bailando brevemente el Bambara el cual consiste en dar unos pasos en arco de circunferencia y luego otro haciendo ademan como de sentarse mientras se canta el siguiente son:

                        Ay la Bambara nuera yo no la sé

                        Ay la Bambara nuera yo no la sé

                        Ay daré una vuelta y me sentaré

                        Ay daré una vuelta y me sentaré.

Con este baile termina la parte ceremonial, los “padres” colocan al Niño en el altar y continúa la fiesta y se reparte toda la comida y bebidas preparadas para ese momento y reaparece el baile del Bunde, el cual se desarrolla durante todo ese periodo, parando únicamente en las en las horas de trabajo y no cesar hasta el día seis de enero día de Reyes. Tardes y noches son dedicadas al baile hasta el amanecer, no se da ninguna otra división pues se corre el riesgo que el Niño se queme; la comida y las bebidas no deben faltar.

El Bunde que se practica en Darién no tiene nada de popular que con el mismo nombre nos presenta las crónicas como bailes de negros  practicados en Colombia “si tenemos en cuenta como dice Manuel Capata olivilla y otros, que nuestros bailes y cantos de tambor son de derivaciones del Bunde” tomándose en cuenta este nombre la danza negra primitiva, que ha sido estudiada en Colombia”.